Turismo y el Desarrollo Rural
La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha designado 2020 como Año del Turismo y el Desarrollo Rural. Este año brinda la ocasión de fomentar el potencial del turismo para la generación de empleos y oportunidades. Asimismo, permitirá favorecer la inclusión y destacar el papel sin par que podría asumir el sector en la preservación y promoción del patrimonio natural y cultural y en la desaceleración de la migración urbana.
El Día Mundial del Turismo de este año compartirá ese mismo lema. El Día Mundial del Turismo, que todos los años se celebra el 27 de septiembre, tiene por objeto concienciar a la comunidad internacional respecto del valor social, cultural, político y económico del turismo, así como de la contribución que el sector puede aportar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El año 2020 marca el 40̊ aniversario del primer Día Mundial del Turismo.
Habida cuenta de los efectos de la pandemia de la COVID-19 sobre el sector turístico mundial, nunca el turismo y el desarrollo rural han revestido tanta importancia como ahora. El turismo en zonas rurales ofrece importantes oportunidades de recuperación, por lo que es fundamental apoyar a las comunidades rurales que padecen las repercusiones económicas y sociales de esta pandemia.
Es esencial y oportuno considerar con una nueva mirada los beneficios del turismo para las comunidades rurales:
Argumentos a favor del desarrollo rural
La urbanización es una tendencia dominante en todo el mundo. Para 2050, el 68% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, mientras que el 80% de todas las personas en situación de «pobreza extrema» reside en comunidades rurales, no en ciudades.
La mayoría de los 1800 millones de jóvenes del mundo vive en las zonas rurales de países de ingresos bajos y medianos. «La tendencia es que se vayan las personas con mayor capacidad de moverse, es decir las que tienen mejor educación, mayor capacitación y más motivación, y eso representa, sin duda alguna, una pérdida de capital humano».
Los jóvenes de las comunidades rurales tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos. Sin trabajo, se ven obligados a emigrar a las ciudades, ya sea en sus propios países o más allá de sus fronteras. La migración juvenil a las ciudades acarrea graves perjuicios, a menudo irreversibles, para las comunidades rurales. A la desaparición de ciudades y pueblos, se suma la pérdida de costumbres y patrimonios locales.
Turismo, desarrollo rural y COVID-19: frente a un reto sin precedentes
Por lo general, debido a varios factores, como la edad de la población, los niveles más bajos de ingresos, la relativa falta de diversidad económica, la «brecha digital» y la distancia de los centros de salud, las comunidades rurales están mucho menos preparadas para hacer frente a los efectos directos e indirectos de la crisis desencadenada por la COVID-19.
Para muchas de estas comunidades el turismo representa un salvavidas, y más aún en los países en desarrollo. Conforme con los escenarios de la OMT sobre los efectos de la COVID-19, las llegadas de turistas internacionales podrían caer entre 60% y 80% en 2020, lo que afectará considerablemente a los medios de vida y las empresas.
The UNWTO Barómetro OMT del Turismo Mundial: El turismo internacional se contrae un 22% en el primer trimestre y podría caer hasta un 60-80% en el conjunto del año.
La OMT prevé que el turismo nacional se reactivará antes que el turismo internacional, lo que, con una buena gestión, podría beneficiar a las comunidades rurales, sobre todo si se protegen los medios de vida e impulsan las economías locales.
Al objeto de ayudar tanto a los gobiernos como al sector privado a mitigar las repercusiones de la COVID-19 en el turismo y a impulsar la recuperación del sector, la OMT ha difundido un conjunto de recomendaciones y directrices para la reactivación del turismo. Este plan de acción para un futuro sostenible y resiliente destaca la importancia del turismo para las comunidades rurales, en particular en el contexto de la crisis la COVID-19.
El turismo motor del desarrollo rural: retos y oportunidades
La OMT se compromete a guiar al sector turístico para que sea un motor de inclusión económica y social sostenible y garantizar que contribuya a «no dejar a nadie atrás».
El turismo tiene una capacidad sin igual para apoyar la reactivación de las comunidades rurales, tanto a corto plazo, mientras se recuperan de los efectos de la COVID-19, como a largo plazo, mediante el fomento de un crecimiento sostenible e inclusivo.
- En muchos lugares, se reducen los rendimientos económicos de la agricultura, al tiempo que las formas de vida tradicionales se ven amenazadas por el cambio climático. La demanda de los viajeros de nuevas experiencias en torno a la naturaleza, la cultura y los productos locales, así como la participación de la comunidad, brindan magníficas oportunidades para reactivar la economía.
- Sin embargo, la creación de nuevas oportunidades de empleo y el impulso a las actividades económicas en las zonas rurales exigen inversiones, la conectividad adecuada, el apoyo a la promoción y preservación del patrimonio natural y cultural, el fomento de la transformación digital, el fortalecimiento de las capacidades, el desarrollo de productos apropiados, y una sólida cooperación de los sectores público y privado.
- La creación de valor a través del turismo debe abordarse desde una perspectiva integral que abarque en la cadena de valor del sector a todos los demás sectores y actividades.
- Las políticas y programas nacionales, como la iniciativa mexicana «Pueblos Mágicos», constituyen un ejemplo excelente del modo en que las comunidades rurales pueden beneficiarse del turismo.
- La promoción del turismo en zonas rurales no solo favorece la repartición de los beneficios del sector, sino que también ayuda a reducir la presión sobre los sitios urbanos más visitados.
Infrastructura y educación – la función del sector público
La función del sector público a la hora de potenciar la contribución del turismo al desarrollo rural es esencial. En el plano local, cuando el sector público no realiza inversiones, resulta difícil tanto atraer a inversores del sector privado, como retener a la población.
Al sector público le corresponde también la responsabilidad de garantizar la existencia de una infraestructura sólida que brinde bienestar a las comunidades y facilite a los turistas las visitas y las experiencias en zonas rurales. Asimismo, la educación es un aspecto fundamental. Sin «capital humano», el desarrollo rural será imposible.
Creación de «más y mejores empleos» en las comunidades rurales
El turismo tiene el potencial de generar empleos en zonas rurales y remotas, y no solo empleos directos sino también indirectos, a través de la preservación y la recuperación de actividades tradicionales. A menudo es uno de los pocos sectores económicos viables en esos lugares. Destaca en particular la efectividad del sector en lo que se refiere a la creación de oportunidades de empleo para las mujeres y los jóvenes.
El sector turístico es especialmente efectivo en lo que se refiere a la creación de oportunidades de empleo para las mujeres y los jóvenes
No obstante, el sector turístico ha de ser responsable y no solo velar por la creación de empleos, sino también por que estos sean decentes y justos. Este aspecto adquiere especial transcendencia en las comunidades rurales en las que las condiciones laborales pueden ser menos formales y más flexibles. Es particularmente habitual que las mujeres, los jóvenes y las personas menos calificadas que trabajan en el turismo desempeñen trabajos temporales y de tiempo parcial, que a menudo no proporcionan condiciones decentes de trabajo, lo que se refleja, por ejemplo, en una cobertura inadecuada de seguridad social, salarios bajos, ingresos desiguales y condiciones de trabajo nefastas.
Nuevas oportunidades – tecnología e innovación
Los turistas esperarán que en las zonas rurales se les ofrezca la misma tecnología de la que disponen en los destinos urbanos. Esto incluye acceso a servicios inalámbricos de Internet rápidos y fiables y la capacidad de efectuar sus pagos sin usar dinero efectivo. Asimismo, el acceso a la tecnología es fundamental para permitir la incorporación al mercado de las empresas locales y facilitar la inclusión de proveedores de cualquier tamaño en la cadena de valor del turismo. Tanto el sector público como el privado han de superar el reto que supone implantar en los destinos rurales la misma tecnología que se disfruta en las áreas urbanas para que los primeros no «se queden atrás».
La innovación y el espíritu empresarial pueden ayudar a impulsar el desarrollo rural, al facilitar a los proveedores locales el acceso a los mercados mundiales, y mediante la creación de nuevas experiencias y el fomento de redes. Resultará esencial atraer el talento y la innovación para promover las zonas rurales. El uso de la inteligencia de datos para conocer mejor a los consumidores también ayudará a la creación de experiencias comercializables, el seguimiento de los resultados y la promoción de las áreas rurales.
La crisis de la COVID-19 ha acelerado la transformación digital de las economías. El auge del teletrabajo, incluidos trabajos relacionados con el turismo, y de la enseñanza a distancia, pueden contribuir a la generación de más oportunidades para las comunidades rurales de todo el mundo.
El fortalecimiento de las capacidades, el acceso a la financiación, el desarrollo de infraestructuras, la transformación digital, la diversificación económica, la nueva gobernanza y la evaluación de resultados, deben constituir el eje central de los planes de recuperación del turismo en las comunidades rurales para ayudarlas a sortear las olas de la crisis y emerger más fuertes.