04 de febrero de 2021

El turismo ha sido uno de los sectores más duramente afectados por la pandemia de la COVID-19. De entrada, porque las restricciones a la movilidad y a la actividad han dificultado la operativa de los actores que integran la cadena turística de valor y han comprometido seriamente sus resultados, pero sobre todo porque, sin lugar a duda, la pandemia y sus consecuencias situarán sobre el mundo del turismo y los viajes una de sus disrupciones más impactantes. Esta doble situación constituye, especialmente en las regiones y países que mantienen una elevada orientación turística, un revulsivo en toda regla para no dilatar más en el tiempo la tarea de reformular los fundamentos de su actual posición competitiva en los mercados turísticos internacionales y encontrar nuevas palancas a activar bajo una óptica renovada de turismo responsable.

Desde el convencimiento de que la sostenibilidad es una palanca fundamental para prosperar a través de un patrón de crecimiento que garantice un uso eficiente de los recursos naturales y ambientales, la economía circular se postula como una importante vía de progreso para impulsar la competitividad global sostenible de los destinos. Si bien se trata, sin duda, de un cambio sistémico que afecta a todos los sectores y actores del tejido local, la hostelería, tanto por su peso específico como por la transversalidad de su cadena de valor, está en condiciones de encabezar este tránsito y actuar como ‘laboratorio de circularidad’ frente al resto del sector turístico y otros segmentos productivos relevantes del destino.

Conscientes de esta cuestión, y frente a la escasez de referencias globales que aborden la aplicación práctica de la noción de circularidad al negocio hotelero, la Fundación IMPULSA BALEARS, , en línea con las recomendaciones de la Visión de One Planet y con el apoyo de Grupo Iberostar y la UNWTO, ha considerado oportuno afrontar la construcción de un marco estratégico de circularidad hotelera propio, alineado con los preceptos vigentes e instrumentos globales, al objeto de: (i) facilitar la fijación y monitorización de buenas prácticas entre los actores del sector; (ii) fomentar la creación de relaciones circulares a lo largo de su cadena de valor; y, de este modo, (iii) contribuir a reducir el gap de implementación de los preceptos globales en materia de sostenibilidad y turismo a nivel local.

El resultado propone que el avance del actual modelo de negocio hotelero hacia la noción de circularidad descansa en 3 pilares estratégicos o building blocks, al objeto de adoptar, siguiendo las indicaciones del programa UN Global Compact, una triple perspectiva ‘estratégica-operacional-cultural’. Concretamente, dichos pilares asumen que toda estrategia circular conduce a la gestión de los recursos disponibles –en materia de inversión, innovación y gobernanza de las compañías–, la modernización de los procesos internos –a la hora de dotar activos, aprovisionarse y diseñar su carta de servicios– y la participación de los principales stakeholders o grupos de interés –como son los trabajadores, proveedores y clientes, los B2B incluidos–. En este sentido, para facilitar que la estrategia se traduzca en acción, el marco propone la aplicación de 13 pautas circulares distintas, cuya implementación lleva implícita para las compañías hoteleras una labor de seguimiento continuo asociada al cumplimiento de los objetivos anuales establecidos en sus respectivas estrategias de circularidad. Para ello, el marco propone también una métrica que facilita a las empresas hoteleras trasladar su visión estratégica a un sistema equilibrado e integrado del progreso circular del negocio que se materializa, a título ilustrativo, a través de una batería de 81 indicadores clave o key performance indicators (KPIs) directamente  vinculados 125 líneas de acción a través de las que implementar buenas prácticas circulares.

Con todo, los preceptos del marco estratégico son fácilmente conectables con los estándares de  reporting vigentes en el mundo en materia de sostenibilidad, los aspectos incluidos en los sistemas de certificación ambiental, así como a las directrices y objetivos mundiales relacionados, fundamentalmente, con la Agenda 2030.  Así mismo, cabe señalar que el marco asiste la toma de decisiones de las compañías hoteleras a cualquier destino en los que se sitúe su portfolio de establecimientos. De este modo, la propuesta se dota de carácter global y aspira a contribuir, en última instancia, al desarrollo de destinos más circulares.

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Este artículo ha sido escrito por IMPULSA BALEARS para “Transformar la visión de One Planet en acción”. IMPULSA BALEARS, una entidad privada sin ánimo de lucro que actúa como plataforma de conocimiento estratégico e interacción regional. Nuestra misión consiste en  facilitar la toma de decisiones de los agentes económicos y sociales en sus respectivos procesos de reformulación estratégica y garantizar, así, su impacto sobre la competitividad global de Balears. Más de 50 entidades empresariales, así como la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) y el Govern de les Illes Balears forman, parte de nuestro Patronato.